Poco a poco la desescalada por fases nos traerá de regreso a la oficina después del confinamiento preventivo ante la pandemia del coronavirus. Obviamente nada será igual y por eso se habla de una “nueva normalidad” de la que aún no tenemos certeza absoluta. Por eso esta vuelta al trabajo en los espacios físicos de las empresas requiere de precauciones necesarias en el plano sanitario.
Pero de manera paralela a tales medidas preventivas, también es pertinente saber identificar los retos y cambios que imponen las actuales circunstancias. Igualmente es imprescindible considerar las oportunidades que las empresas deben aprovechar para adaptar sus procesos a esta inédita realidad y fortalecer su presencia de marca.
En efecto no se trata de crear pánico entre los colaboradores, pero sí de entender que regresamos a trabajar en espacios cerrados y concurridos. De modo que es necesario seguir las recomendaciones y medidas sugeridas por las autoridades.
Tal como se están disponiendo las fases de normalización en el plano social, las empresas deben implementar un cronograma particular de desescalada y reincorporación programada. En este sentido es recomendable:
Aún cuando se realice un retorno programado de los colaboradores en las instalaciones de la empresa, es indispensable tomar todas las precauciones posibles, entre ellas:
Actualmente es frecuente oír hablar del “síndrome de la cabaña” que engloba una serie de trastornos generados por prolongados períodos de aislamiento, entre ellos:
Obviamente no todas las empresas pueden contratar a un psicoterapeuta o coach para asesorar a los colaboradores que regresan a la oficina después del confinamiento. Pero parte de la responsabilidad del líder es reunir la información suficiente para ayudar a su equipo a superar estas dificultades.
En función de esto, algunas empresas establecen reuniones de 30 minutos dentro de la jornada laboral para hacer una terapia de grupo. Durante la misma, cada miembro del equipo puede exponer sin complejos su estado emocional con la finalidad de crear un compromiso de apoyo recíproco. A modo de complemento durante la actividad, es recomendable visualizar vídeos en los que intervengan especialistas en psicología y motivadores reconocidos.
Con la desescalada los cambios en los comportamientos y preferencias de los consumidores se harán más evidentes y continuos. La oportunidad de responder a las nuevas expectativas del cliente dependerá, entre otros, de la disponibilidad de datos y soluciones de analítica para obtener información de valor. Esta última será fundamental para las decisiones empresariales sobre cambios, evolución o diversificación de los modelos de negocio.
En tal sentido, especialistas en gestión y reconocidos empresarios coinciden en señalar a la digitalización como el reto más importante que deben asumir las compañías en la era post-Covid 19. En efecto, fenómenos como el ecommerce, el incremento de las conexiones móviles a Internet y la interacción mediante redes sociales influyen poderosamente en el mercado. Y el uso de herramientas efectivas para monitorizar sus variables permitirá visualizar y obtener mayor provecho de las oportunidades, así como minimizar riesgos.
La crisis del coronavirus está generando en las personas cambios en la percepción de acontecimientos y realidades que les afectan de manera directa o indirecta. Indudablemente el acceso rápido y constante a gran cantidad de información le permite por ejemplo compartir contenidos referidos a empresas y opinar respecto a ellos.
Pues bien una de las ventajas de la digitalización es la posibilidad de conocer más y mejor a los públicos objetivos, trascendiendo los datos demográficos. En otras palabras es factible tener un perfil más amplio que incluya su pensamiento y actitudes, gracias al seguimiento de sus interacciones mediante social listening. Esto por sólo nombrar una herramienta de medición de estrategias de marketing digital.
La aparición del coronavirus hizo que muchas empresas aceleraran o iniciaran de manera imprevista su transformación digital. Precisamente, la necesidad de mantener la operatividad impulsó la implementación del teletrabajo, con el apoyo de diversas plataformas de comunicación y colaboración en la nube. Mediante las mismas ha sido factible monitorizar en remoto la labor de los colaboradores y obtener un buen nivel de productividad y rentabilidad.
En consecuencia, para el staff de buena parte de estas organizaciones el retorno a la oficina después del confinamiento no será igual. De hecho, algunas encuestas revelan que casi la mitad de éstas mantendrá la modalidad de trabajo a distancia. Sin duda esta realidad obliga a replantear la cultura corporativa para favorecer estilos disruptivos de relaciones laborales antes limitadas a las grandes empresas tecnológicas.
Por eso no es exagerado pronosticar un declive de la modalidad de trabajo presencial y el auge de la conciliación laboral. Pero a diferencia de lo que ocurre actualmente, no sólo funcionará como elemento de motivación sino como una condición común en las compañías.
Por último, es relevante que directivos y responsables se planteen una reflexión objetiva y profunda sobre esta singular experiencia del Covid 19. En la vuelta a la oficina después del confinamiento es imprescindible entender que no implicará un retorno a nuestra rutina normal de trabajo. Esta circunstancia, con sus consecuencias negativas y positivas, debe hacernos evolucionar como personas, empresarios y trabajadores.
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