Nunca ha sido fácil emprender un negocio. De hecho, la trayectoria de empresarios como Jeff Bezos, Elon Musk y otros tantos personajes exitosos no ha estado exenta de fallos en sus inicios. Precisamente, de sus experiencias podemos extraer un top siete de errores frecuentes al emprender una startup o una PYME. Acompáñanos en este recuento y toma nota si estás iniciando tu propio proyecto.
Sin duda alguna lanzar un producto o servicio innovador es una ventaja competitiva al entrar en un mercado tan saturado. Pero muchos de estos servicios o productos disruptivos necesitan experimentar una evolución antes de tener éxito. Por este motivo, esperar a que surja de tu mente un concepto completo y perfecto de lo que quieres ofrecer no es lo más conveniente. De esta manera, perderías un tiempo valioso solamente en saber qué hacer y dejarías de aprovechar oportunidades y de ganar experiencia.
En cambio, empieza por averiguar hacia qué segmento de público podrías dirigir tu producto. Investiga qué necesidades tiene y escoge aquella que puedas satisfacer con un producto que en principio sea básico. Puede ser algo que ya exista, pero que sea susceptible de perfeccionar. Además, es recomendable que apliques una metodología Agile como Lean Startup, de ciclos iterativos. Mediante ésta podrás realizar mejoras continuas de tu oferta basadas en la reacción de tus clientes. Como ejemplo, basta mencionar a los creadores o administradores de software y aplicaciones exitosas en el mercado. Ellos emplean esta forma de trabajar para enriquecer frecuentemente estas herramientas con el objetivo de adaptarse a las cambiantes necesidades de los usuarios.
De lo anterior se desprende otro error frecuente: poner el foco en el producto y no en el cliente. Muchos emprendedores principiantes se obsesionan con sorprender al mercado mediante un producto o servicio innovador. Pero no centran su atención en si realmente satisface las expectativas y necesidades de los consumidores. Si el producto es bueno y tiene aceptación, no es conveniente conformarse con ello. En estos casos, muchos emprendedores descuidan aspectos tan básicos como adaptar los sistemas de pago y ofrecer un servicio de entregas puntual. En particular, cuando hablamos de emprendimientos basados en ecommerce, Jeff Bezos es enfático al afirmar que mientras más atención prestes al cliente, incrementarás la flexibilidad y resiliencia de tu empresa. Y de esta forma lo resume: “Si podemos mantener a nuestra competencia enfocada en nosotros, mientras nosotros nos mantenemos enfocados en el cliente, al final nos irá bien”.
Es obvio que uno de los propósitos de emprender un negocio es tener rentabilidad. Pero no debe ser el único. Agustín Cuenca, exitoso emprendedor de larga trayectoria y actual Director de ASPgems, opina que asumir la creación de una compañía pensando sólo en el ROI no tiene sentido. A decir verdad, el futuro es incierto en estos tiempos en los que los intereses del consumidor y las circunstancias del mercado cambian con tanta frecuencia. En lugar de tener expectativas sobre las ganancias, es mejor pensar en términos de máxima pérdida a asumir. Es decir, al emprender, prevé el peor escenario posible. Según Cuenca, si estás preparado para soportar y sobrevivir a las situaciones más adversas, entonces desarrolla el proyecto.
En esta misma línea, la motivación para emprender debe ir más allá de ganar dinero. Si no, lo estarías haciendo por la razón equivocada. Piensa en lo que más te apasiona y que pueda ser útil para los consumidores. En este sentido, Jeff Bezos asegura que “los misioneros construyen mejores productos”. Por su experiencia, puede afirmar que los emprendedores realmente involucrados con los productos o servicios que ofrecen, son quienes mejores resultados obtienen.
Efectivamente, emprender es algo duro y, en el intento, lo más seguro es que experimentes situaciones complejas. En esos momentos, la motivación correcta mantendrá tu firmeza y constancia para lograr tus objetivos.
¿De qué sirve una idea grandiosa de negocio si no tienes un plan realista para desarrollarla? Aunque no lo creas, muchos han iniciado una empresa de manera impulsiva, sin una estrategia de negocio. Sólo confiando en los aspectos innovadores de su propuesta y también en su buena suerte. Algunos han sobrevivido y aprendido de sus errores en el camino. Sin embargo, otras personas han tenido que abandonar sus proyectos debido a una mala planificación estratégica.Puedes ser una persona brillante, pero la estrategia de negocio es esencial.
Formaliza esa estrategia y comprométete a cumplirla. Plantea en ella la misión y la visión a largo plazo. Sobre todo, formula objetivos realistas y alcanzables en plazos verdaderamente razonables. Claro que debes anticiparte a las peores circunstancias, como piensa Cuenca. Sin embargo, también debes basar tu plan sobre aquellos factores que no variarán en el medio y corto plazo, a decir de Bezos. Para el creador y CEO de Amazon, es posible investigar y analizar el escenario en el que competirá tu compañía y estimar su evolución en el tiempo. ¡Eso sí –reiteramos- siendo realistas, sin excesos de optimismo! Bezos insiste en que al encontrar estos aspectos inalterables, creas los elementos con los que puedes contar, independientemente de lo que ocurra. Por ejemplo, en Amazon, este factor lo constituyen todos los esfuerzos por ofrecer una excelente experiencia de cliente.
Sin duda, un emprendedor sin experiencia no debe avergonzarse de pedir consejo a quienes más saben de negocios. En concreto, de aquellos para quienes han trabajado y que han cosechado éxitos, por muy modestos que sean. Cuando de emprendimiento se trata, es indispensable despojarse de orgullos y participar como uno más en incubadoras de startups. Allí, encontrarás mentores y debes escuchar con atención lo que opinen sobre tu proyecto. Incluyendo las críticas y los consejos en torno a los aspectos que debes mejorar. Elon Musk, el CEO de Tesla y SpaceX, aconseja ser amables con quienes nos aportan una retroalimentación negativa o nos sugieren reconsiderar nuestros planes.
Una vez establecido tu negocio, es esencial aplicar la escucha social. En otras palabras, estar atento a lo que tus clientes y otros grupos de interés opinan sobre tu marca. Atender estas opiniones en redes sociales y otros canales será valioso para conocer qué elementos de tu oferta y tus procesos deben ser mejorados. De esta forma, consumidores y stakeholders se sentirán “escuchados”, lo que fortalecerá la buena percepción de tu marca.
Quizás no tengas ni idea de cuántas empresas con buenas propuestas de negocio desaparecen por descuidar sus finanzas. ¡Ni siquiera por falta de ventas! Desde el comienzo y para siempre, las operaciones financieras de la compañía han de monitorizarse con rigurosidad. Incluso, la disponibilidad presupuestaria debe emplearse con criterio, prescindiendo de gastos innecesarios.
Hay que establecer una política objetiva de precios que cubran los costes operativos y generen una justa rentabilidad. Responder puntualmente a los proveedores y adaptar la cadena de suministros a las variaciones de la demanda. En este particular, no tiene sentido acumular un inventario que no pueda emplearse o venderse rápidamente. Por igual, debes planificar bien tus inversiones en tecnología y otros bienes para agilizar las operaciones de la organización.
Por lo general, las empresas se forman mediante la asociación entre dos o más personas. Si éste es tu caso, asegúrate de asociarte con gente especializada, comprometida y apasionada con el modelo de negocio elegido. Esto también aplica en la selección del talento humano que conformará el equipo de la compañía. Debes asegurarte que sea gente entusiasta, motivada y capaz de proponer ideas (aunque también es tu deber aportar la debida motivación).
Al respecto, Elon Musk es implacable al asegurar: “En SpaceX tenemos una estricta política de no-imbéciles» (nos reservamos la traducción literal de la frase). Otro tanto pensaba Steve Jobs: “En Apple no contratamos a los mejores profesionales para decirles qué hacer, sino para que nos digan a nosotros qué hacer”. Exagerados o no, considera lo que lograron estos personajes, entre otras cosas por aplicar estos criterios. Es lógico que al principio no puedas contratar profesionales de amplia experiencia. Pero sí puedes calibrar el grado de interés que tienen los talentos jóvenes que captes en el sector de la empresa. Así como su actitud proactiva y sus ganas de aportar.
Por último, en cuanto a los proveedores, la selección debe ser muy estudiada. No sólo debe suministrarte materiales y productos de excelente calidad, sino una entrega a tiempo e impecable. De esto depende tu capacidad de respuesta y el grado de satisfacción de tus clientes. Improvisar en este aspecto puede perjudicar a tu negocio.
Igual sucede con las empresas que te suministran servicios de conexión y tecnología para automatizar tus procesos. En tal caso, sería ideal contar con organizaciones que sean capaces de establecer con tu compañía un vínculo más allá del tradicional cliente-proveedor. Que sean en realidad partners tecnológicos.
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