Hablar de una transformación digital de los empleados resulta totalmente lógico, si entendemos el proceso de conversión tecnológica de las empresas como un todo. En esta perspectiva, tal criterio implica comprometerse a poner en marcha una evolución de la cultura corporativa y de los procesos en las organizaciones. Y la participación decidida del equipo humano es crítica para lograr que dicha transición resulte exitosa.
Hoy más que nunca, necesitamos colaboradores motivados, capaces de adaptase a los cambios y dispuestos al aprendizaje continuo. Pero también es indispensable la convicción del liderazgo para asumir la digitalización con todos sus alcances. Sólo de esta manera podremos ir más allá de la incorporación de herramientas y soluciones de última generación.
La primera razón que debe impulsar la transformación digital de los empleados es la característica más evidente del cliente contemporáneo: su conexión frecuente a Internet. Así el consumidor de hoy no sólo cuenta con dispositivos móviles avanzados, sino también con redes de conexión cada vez más potentes. De modo que puede navegar en la red donde y cuando quiere.
De esta forma, el cliente dispone de más y mejor información sobre las marcas que pueden proveerle lo que necesita. También puede generar y compartir contenidos u opiniones mediante canales como las redes sociales. En consecuencia, las organizaciones requieren que su talento humano conozca las herramientas y los criterios para atraer al público target a sus canales digitales. Igualmente para monitorizar las interacciones y el buyer journey (ciclo de compra) del cliente e incluso gestionar sus solicitudes y ofrecerle soporte de post-venta mediante dichos medios.
Por ejemplo, la interacción mediante los chats en vivo y las redes sociales requiere de habilidad para el manejo de tales herramientas. De este modo, garantizamos respuestas oportunas y relevantes al usuario, lo que mejora la experiencia del cliente. No podemos olvidar que el cliente hiperconectado es más exigente en cuanto a rapidez y calidad de atención.
En paralelo con la participación del recurso humano en la gestión del cliente apoyada en la digitalización, conviene considerar la posibilidad de incrementar sus competencias. Cabe destacar que la automatización de las tareas rutinarias, permite a los colaboradores invertir tiempo y talento en otras acciones más necesarias para la empresa. De tal modo, aumentan su productividad, además de disminuir el tedio y la fatiga del trabajo repetitivo.
Por otro lado, la incorporación continua de herramientas y soluciones requiere programas de capacitación igualmente constantes. Esto significa que los integrantes del equipo pueden aumentar sus capacidades, así como sus oportunidades de desarrollo dentro de la organización. En sí misma, la transformación digital de los empleados funciona como pieza fundamental de las políticas de motivación de la compañía. Pero a la vez, la formación progresiva del equipo en competencias digitales acelera la adaptación de la propia empresa a su nuevo entorno tecnificado.
Para ser precisos, es importante entender la digitalización como un fenómeno mundial que está influyendo en nuestra cotidianidad. Es evidente que no podemos limitarla al desarrollo tecnológico y la economía. Por tanto, los cambios que trae como consecuencia son continuos e imparables. Probablemente encuentres en parte de tu equipo alguna resistencia ante la incertidumbre por una hipotética inseguridad laboral derivada de la automatización.
Sin embargo, esta circunstancia puede representar la oportunidad de introducir una cultura de innovación en la empresa que ayude a enfrentar los nuevos retos. Esta iniciativa se perfila con los programas de formación de los que hemos hablado y prosigue con asesorías mediante coaching.
En este sentido, ayudar a los colaboradores a evolucionar en cuanto a pensamientos y actitudes durante la transformación digital fortalece este proceso. De hecho, digitalizar es una tarea que involucra necesariamente al factor humano. Y las organizaciones que la han acometido sin tener en cuenta esta premisa encuentran grandes dificultades en el camino.
Como dijimos, la adaptación al cambio gestionada mediante la transformación digital de los empleados puede fomentar una cultura de la innovación dentro de la organización. En efecto, cuando una compañía emprende la digitalización e incentiva a sus trabajadores a adquirir nuevas competencias para esto, impulsa un giro en su perspectiva. El talento humano tendría más capacidad para participar en la toma de decisiones sobre el diseño de nuevos productos, servicios o estrategias.
En paralelo, la organización y los empleados abandonarán sus zonas de confort y ampliarán sus oportunidades de ganar clientes captando las exigencias cambiantes de éstos. Entonces, tendrán más posibilidad de presentar propuestas audaces que incrementen su competitividad en el mercado.
En teoría, esta iniciativa podría aportar mayor rentabilidad para la empresa, pero el gran obstáculo estaría en las expectativas limitadas de directivos y accionistas.
Cuando una empresa digitaliza sus procesos, los cambios en sus productos, servicios, cadena de suministro y atención al cliente impactan al público de algún modo. Sin embargo, esta circunstancia puede tener mayor repercusión con la transformación digital de los empleados y la fidelidad que ésta genera en el staff. Esto implica que el trabajador empoderado y motivado se convierte en un defensor de la marca mediante sus cuentas en redes sociales.
En esta misma línea, la participación activa de los colaboradores en las estrategias de comunicación puede aportar beneficios a la compañía. En función de ello, parte de la formación en competencias digitales debe enfocarse en los criterios para compartir contenido relacionado con la empresa. Así como para responder adecuadamente a las reacciones de sus seguidores en los medios sociales.
Asimismo, la transformación digital aplicada a los empleados proporciona otro elemento clave para la motivación del equipo humano: el puesto de trabajo digital. Gracias a éste, el colaborador tiene acceso a todos los datos y recursos necesarios para actuar en remoto. Bien sea durante un viaje o traslado de trabajo y también para cumplir tareas desde casa, para favorecer la conciliación laboral.
Por todas estas razones, el plan de digitalización de tu empresa debe considerar como prioridad la inclusión y formación de los integrantes del equipo. Con ello, estarás garantizando el éxito del proceso de transformación digital de los empleados.
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