SIM, eSIM e iSIM integran la evolución del estándar de identificación de clientes en telefonía móvil y también impulsan el Internet de las cosas. Desde su versión primaria, la SIM card solucionó la protección y activación de la clave de servicio de los abonados a las operadoras. Al ser un chip extraíble fue posible transferir la cuenta del cliente de un dispositivo a otro solo con cambiar la tarjeta.
Sin embargo, la progresiva incorporación de funcionalidades a los terminales móviles, su conexión a Internet y la transformación de los diseños incidieron en la modificación de las SIM cards. Por otro lado, el incremento de los equipos y el avance del IOT (Internet of Things) también influyó en el cambio de características y en la atribución de nuevas funciones a estas unidades.
A continuación, expondremos brevemente las diferencias entre las versiones de este componente tan esencial en la comunicación móvil.
La SIM card (suscriber identity module, por sus siglas en inglés), es una tarjeta inteligente extraible y se ha empleado en todo tipo de dispositivos de comunicación móvil. Por lo general, se encaja en una ranura que dispone de un lector de chips, en la parte interna de dichos equipos.
La SIM es indispensable en la red de comunicación GSM desde que irrumpió como primer estándar de la telefonía móvil digital en 1991. Desde el principio, la Global Service Mobile (por sus iniciales en inglés) requería un sistema particular de identificación del usuario con su número y terminal.
Con la SIM card, la nueva generación de móviles se deshizo del identificador en la red. Desde ese momento, los usuarios pudieron cambiar de teléfono o de proveedor con solo cambiar la tarjeta. Además, esta es la tecnología que permitió incluir en el móvil funciones adicionales como mensajería de texto, almacenamiento, tonos, juegos y otras aplicaciones multimedia.
Del mismo modo, la SIM experimentó una evolución en tamaño y capacidades. La versión de 1991 tenía las dimensiones de una tarjeta bancaria: 85,60 x 53,98 mm y 0,76 mm de grosor. El tamaño era acorde a los primeros móviles compatibles con GSM, los cuales disponían del espacio para esta tarjeta.
Con el tiempo las medidas de la tarjeta se redujeron, mientras que los modelos de terminales se hacían más pequeños: en 1996, llegó a 25 x 15 mm (Mini SIM). Posteriormente, se hizo aún más pequeña: 15 x 12 mm (Micro SIM), en 2003 y 12,3 x 8,8 mm (Nano SIM), en 2012.
El número de personas conectadas a Internet incrementa diariamente, al igual que la demanda de dispositivos móviles más ergonómicos y multifuncionales. Al mismo tiempo, el desarrollo de las comunicaciones IoT M2M permite el control de diversos dispositivos remotos mediante el móvil y otros terminales. Por estas razones, la SIM card tradicional debía evolucionar a un sistema más diminuto y más seguro para el usuario.
En consecuencia, eSIM fue la respuesta a esta demanda a partir de 2016 y ahora es un eslabón en la cadena SIM, eSIM e iSIM. Por contradictorio que parezca, este componente viene instalado de fábrica en smartphones, smartwatches y otros equipos. Aún así, es virtual y su tamaño es 90% menor que una Nano SIM. Es decir: 6 x 5 mm, lo que permite prescindir de la tarjeta física desmontable.
Básicamente, eSIM tiene el mismo fin que la SIM card: autentificar la identidad del cliente y darle acceso a los servicios de su compañía de telecomunicaciones. No obstante, hay otra diferencia importante; por ser parte inseparable del dispositivo su configuración es remota. Incluso es reprogramable al mismo tiempo.
Por otro lado, la seguridad de los terminales conectados mediante eSIM es otro aspecto a considerar. El componente está soldado de forma permanente a la unidad y cualquier intento de removerlo se detecta a distancia. Por eso, eSIM es el sistema de autenticación y conectividad utilizado actualmente en dispositivos para el control de activos y flotas de vehículos. También se emplean para supervisar sensores de seguimiento a personas mayores y equipos de seguridad para empresas y hogares, entre otros. Muchos de ellos pueden ser monitorizados desde terminales móviles.
En efecto, la necesidad de optimizar las funciones de un componente tan esencial como la SIM en espacios mínimos fomenta el desarrollo de la iSIM. Este avance en la continuidad SIM, eSIM e iSIM aún no está estandarizado como la eSIM. Aún así, ya está logrando que el hardware SIM forme parte del SoC o sistema en chip de los procesadores de móviles y módems.
Por este motivo, el tamaño de la iSIM es mucho más reducido y no requiere de un procesador por separado como ocurre con la eSIM. En este caso, hablamos de una fracción aún no establecida de un milímetro cuadrado. Dicho de otro modo: las prestaciones de SIM están “fusionadas” en el procesador del dispositivo. Así adquieren un alto rango de seguridad y garantizan la continuidad en su funcionamiento.
Hay que destacar que esta integración a la arquitectura del hardware de los terminales reduce sustancialmente los costes de fabricación. Esto es una característica positiva en cuanto a la expansión de los dispositivos IoT, ya que los mismos son más accesibles para un mayor número de usuarios.
Igualmente, esta perspectiva es favorable en función de la cantidad de equipos conectados a IoT, los cuales ya han superado los 20.000 millones previstos para 2020.
Es importante reiterar que los formatos eSIM e iSIM son configurables como las SIM cards, aunque estos últimos poseen más valores añadidos. En términos prácticos; permite al usuario gestionar varios números y realizar cambios entre operadoras locales e internacionales con un mismo dispositivo. Incluso es posible optar por diferentes planes de datos. Toda esta información se actualiza mediante la red sin necesidad de cambiar tarjetas físicas.
Actualmente Vodafone y la desarrolladora de arquitectura para procesadores Arm tienen un acuerdo para implementar soluciones IoT e incluyen el perfeccionamiento de iSIMs. Esta sinergia también busca optimizar la compatibilidad de esta tecnología con la plataforma de conectividad Narrow Band-IoT y LTE-M de la multinacional de telecomunicaciones. De esta manera, los clientes podrán adquirir y administrar de forma remota y segura amplias cantidades de unidades IoT a bajo coste.
Esperamos que esta información sobre SIM, eSIM e iSIM haya sido de tu interés. Mientras Vodafone continúa implementando eSIM en sus soluciones para control de activos y flotas de vehículos, así como en su línea V-Home para la monitorización de hogares y personas.
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